La ciencia enfrenta el imperativo de desarrollar productos seguros sin recurrir a pruebas en animales, un enfoque cada vez más cuestionado por razones éticas. En este contexto, la industria cosmética tiene el desafío de utilizar piel reconstruida en laboratorio que sea capaz de replicar con precisión las propiedades del tejido humano para garantizar resultados más fiables.
Desde hace más de cuatro décadas, L’Oréal Groupe impulsa la transición hacia métodos alternativos, conocidos como cruelty free. Entre sus iniciativas se destaca Episkin, un modelo de piel reconstruida en laboratorio, compuesto por hormonas humanas, que replica las propiedades biológicas del tejido de las personas.
Este avance permite realizar pruebas de seguridad y eficacia de productos cosméticos y farmacéuticos de manera ética y precisa, marcando un cambio en los estándares de la industria. Su producción se lleva a cabo en plantas especializadas y actualmente cuenta con una capacidad para fabricar miles de tejidos humanos reconstruidos cada semana.
Según Vanja Dakic, CEO de Episkin de L’Oréal Groupe Latinoamérica, la tecnología beneficia no solo a la empresa matriz, sino también a otras compañías. “Ofrecemos esta solución incluso a nuestros competidores, porque creemos que un futuro libre de crueldad animal es un objetivo colectivo”, afirmó la bióloga.
El uso de modelos como Episkin supera en muchos aspectos a las pruebas tradicionales en animales. Los tejidos reconstruidos replican con precisión las características de la piel humana, ofreciendo resultados más predictivos y confiables. Esto reduce significativamente los riesgos durante las fases preclínicas de desarrollo de productos.
Además, estos modelos fomentan prácticas éticas y sostenibles. La producción de piel reconstruida disminuye el impacto ambiental, al mismo tiempo que elimina el sufrimiento animal. En términos de innovación, el uso de tecnologías como la modelización molecular y los sistemas toxicológicos especializados permite avances científicos más rápidos y efectivos.
“No se trata de un modelo más, sino de una herramienta que redefine la forma en que abordamos la seguridad y la innovación en la industria. Es una tecnología que garantiza resultados éticos y científicamente sólidos”, explicó la CEO de Episkin de L’Oréal Groupe Latinoamérica.
La evaluación de la seguridad ocular en productos cosméticos avanzó con el desarrollo de modelos de córnea humana reconstruida, como el SkinEthic HCE. Lanzado en 2022, refuerza el compromiso de Episkin con soluciones innovadoras y validadas para reemplazar las pruebas en animales.
Se trata de un modelo tridimensional compuesto por queratinocitos corneales humanos cultivados en condiciones específicas. Reproduce la estructura y función del epitelio corneal humano, permitiendo pruebas in vitro más precisas y éticas.
“El modelo SkinEthic HCE representa un avance significativo en la evaluación de la seguridad ocular, alineando la ciencia cosmética con principios éticos y reduciendo la dependencia de pruebas en animales”, destaca Vanja Dakic.
La implementación de este modelo en Brasil significa una solución local para las industrias que buscan cumplir con regulaciones internacionales y satisfacer las expectativas de consumidores conscientes.
La planta de Episkin, inaugurada en Río de Janeiro en 2019, no solo consolida la presencia de L’Oréal Groupe en América Latina, sino que aprovecha una ventaja única de Brasil: su diversidad genética. Este país ofrece la mayor variedad de tipos de piel en la región, un recurso valioso para desarrollar modelos que reflejen mejor las características biológicas de distintas poblaciones.
La ubicación estratégica también facilita la distribución de los tejidos reconstruidos de frágil duración, reduciendo tiempos y costos de logística para la región. “El acceso local a estos modelos refuerza nuestra competitividad, al tiempo que también nos permite satisfacer las necesidades específicas de las industrias cosmética, farmacéutica y química en América Latina”, expresó Dakic.
L’Oréal Groupe inició el desarrollo de métodos alternativos en 1979, mucho antes de que el sector adoptara regulaciones que limitan las pruebas en animales. A través de décadas de investigación, logró consolidar un portafolio de soluciones que trascienden la piel, incluyendo modelos de córnea, mucosas oculares y gingivales.
El enfoque de la compañía no se limita a su propia producción. Al compartir este avance con otras empresas, incluso competidoras, fomenta una adopción generalizada de prácticas responsables en la industria global. Este liderazgo ético y tecnológico posiciona a L’Oréal Groupe como referente en el camino hacia un mercado más inclusivo y sostenible.
Con Brasil como epicentro de innovación y producción en América Latina, Episkin reafirma que es posible combinar ética, precisión científica y sostenibilidad. Este modelo marca un precedente para un futuro donde la ciencia y la humanidad avanzan de la mano.
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